La última vez que pisé La Tertulia fue hace cuatro años. No recordaba la entrada ni la situación en la calle. No me acordaba de que los conciertos fueran sin micros, y se escucharan tan bien. Y a pesar de mi Alzheimer, tampoco recuerdo haber visto en directo a Alberto Alcalá ni a Patricia Lázaro, y juro que me acordaría de tal lujo. Bendito y maldito Youtube, cómo cambia el ambiente.
Por momentos pensaba que el originario de Antequera sabía en el oído a un deje de Cifuentes, pero al instante era el maestro el que se parecía a Alcalá. Terminé concluyendo que Alcalá sólo se parece a Alcalá y no hay parecidos ni imitación posible.
Y así, entre el pato que tiran al río, los cambios humorales y un increíble disparate, terminé llevándome la maqueta firmada.
Qué buen fin de semana.
En Facebook pueden ver las fotos.
Nos leemos.
2 desterrados:
Buenas,
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Hasta pronto. Por cierto yo la última vez que estuve en La Tertulia supe que volvería, es un lugar mágico.
Vivo en un reino perdido
entre la niebla y la lluvia
pero seguro que de muerto
antes que vivo
si la santa compaña me deja
visitaré La Tertulia.
(si el destino me deja, prefiero
verla de vivo y sentir esa magia
tan suya).
Un abrazo Mar.
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